miércoles, 23 de marzo de 2011

El mago

Ante su mesa de trabajo, el mago se convertía en aprendiz. Volcaba sus defectos y sus glorias en un alambique y los destilaba. Pretendía idear una pócima que pudiese enmendar sus faltas, compensar las perdidas, revertir decisiones dolorosas. Quién sabe, tal vez un día lograse conjurar un verbo capaz de borrar fronteras y templar corazones.
Alzando su mano al cielo capturaba nubes en el aire y cubría con ellas sus ojos, para no ver las desdichas y las guerras que con sus hechizos era incapaz de paliar.
Por las noches, en la soledad de su cuarto, soñaba que amar y perdonar eran las palabras mágicas, pero al despertar las olvidaba. Entonces volvía a su mesa de trabajo e intentaba recordar lo que ya sabía.  




8 comentarios:

  1. Destaco de este texto, sobre todo, la riqueza del léxico. "Templar corazones" que es una expresión poco utilizada puede servirte de puerta para la creación de expresiones propias, que representen con mayor exactitud tus sentimientos.
    Abrazos fuertes,
    PABLO GONZ

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  2. Este particular mago me recuerda a otro del que tuve noticias hace tiempo, creo que sus palabras fueron: Hágase la luz.

    Gran micro, Sara. Y bellísimos dibujos.

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  3. Amar y perdonar son las palabras mágicas... ¡Qué gran verdad!
    Me ha gustado mucho.
    Un beso, Sara.

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  4. Todos somos magos capaces de que se "haga la luz" en nuestros corazones. Todos sabemos las palabras mágicas pero las olvidamos, y nos pasamos la vida intentando descubrirlas, cuando solo debemos recordarlas.
    Gracias Pablo, Patricia y MJ por leerme y comentar. Aprecio siempre vuestra visita.
    Abrazos.

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  5. Yo soy de los que creen que tenemos la respuesta a todo en nuestro interior, pero está aletargado, adormecido. Algún día el ser humano recobrará su esencia.
    Besos, Sara.

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  6. La mayoría acudimos a " la magia " no para buscar soluciones a los problemas que nos plantea la vida, sino para hallar problemas que no nos la remedien...Es curioso e inquietante, que "los magos " obtengan tan poco provecho de su magia.

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  7. De intenciones no se vive, sino de hechos. Y por más que las primeras sean encomiables, son los hechos los que conforman nuestra vida, y en ellos, idefectiblemente está el bien y el mal, lo justo e injusto. El equilibrio.

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  8. Con vuestros comentarios concluyo que, cuanto más experimentamos como alquimistas, más dudas nos surgen. Y lo que al fin recordamos, lo olvidamos si no le damos uso. Y de que nos sirve saber del amor, si no amamos o de la compasión, si no ayudamos.
    Gracias por aportar tanto con vuestros comentarios.
    Abrazos amorosos.

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