Las uñas de mis manos son como pequeños espejos en
los que se refleja mi rostro y cuando me las corto con las tijeras, corto
también mi pelo. El otro día apuré demasiado y me pinché la frente. Asustado,
opté entonces por comerme las uñas, pero esto se fue convirtiendo en algo
compulsivo y al poco tiempo me quedé calvo.
:-)
ResponderEliminarMe encanta esta faceta irónica tuya, Sara.
Un abrazo.
Últimamente me salen así las cosas, fantásticas y con ironía. Creo que llegó el verano y lo serio y triste se ha quedado aparcado hasta el invierno :-)
EliminarUn beso, MJ.
Es una historia muy divertida, tanto como el dibujo.
ResponderEliminarSiempre me han gustado mucho esos muñecos que se pintan en los dedos.
Saludos, Luisa
Sí que resultan divertidos esos muñecos.
EliminarBesos, Luisa.
Hola Sara, es la primera vez que comento en tu casa, aunque ya había hecho alguna visita que otra. Si no te importa, seguiré viniendo.
ResponderEliminarEl micro me parece encantador (el dibujo ni te cuento), y además, por fin, he hallado la explicación a mi alopecia.
Un abrazo,
Fran
Hola Fran. Un gusto conocerte. Parece que el protagonista del cuento ha hallado una excusa convincente (al menos para él) para explicar su alopecia.
EliminarUn abrazo.
Curiosas conexiones.
ResponderEliminarPodemos encontrar las conexiones más curiosas si nos empeñamos en ello :-)
EliminarUn saludo, Cybrghost.
Me encanta la posición de la que el narrador nos cuenta esta historia: sin exageraciones ni dramatismos. He ahí, creo, el motivo por el que tanto me gusta este micro.
ResponderEliminarAbrazos, Sara!
Pensé que si era en verdad una excusa, el narrador debía contarla de forma natural, para que fuera creíble.
EliminarGracias, Patricia por tus visitas y opiniones.
Besos.
Así como Fran, me presento también. Me he pasado algunas veces pero esta es la segunda vez que comento. Pasaré a verte. Tus ilustraciones son mágicas.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Mei. Yo también te he leído por ahí, y ha sido un gusto leer y comentar tus textos. Gracias por tu visita.
EliminarUn abrazo.
Coincido con Patricia: un punto de vista neutro para una obsesión peligrosa. Ysólo el lector lo sabe.
ResponderEliminarAbrazos, Sara
Se adivina, sí, el carácter obsesivo del personaje.
EliminarUn abrazo, Susana.
Bonita ilustración, y la idea me parece genial, tengo más de un amigo calvo, asi que... La próxima vez que les vea les preguntaré si se comen las uñas... :)
ResponderEliminarUn abrazo Sara,
Más que genial, es una idea "descabellada" :-)
EliminarLuego me cuentas que dicen tus amigos de ella...
Un abrazo, Yashira.
Me gusta esa Mano, Sara. Hubo un tiempo en el que me obsesioné con las manos y pintaba manos en todas las posiciones, siempre a lápiz. Creo que tengo que buscar esas manos, sobre todo para ver si encuentro algún rostro reflejado ¡ah!, y cortarle un poco el pelo si ya lo tiene largo.
ResponderEliminarMe encantó, Sara. Un beso.
Creo que todos los que tenemos el "bichito" del dibujo picando dentro pasamos por esa etapa de las manos. Yo una vez, cuando estudiaba, hice una mano gigante a lápiz (de 70 cm) hiper-realista (con pelos y señales :-) con una posición un poco complicada: haciendo el puente para jugar a la payana (o payanca) Daba cosa mirarla :-)
EliminarUn beso, Laura.
Qué bueno, Sara. Algo pasa conmigo porque mis uñas han sido mordidas durante toda mi vida, pero mi cabeza se empeña en seguir con pelo. Quizás lo que se ha cortado en mi caso son las ideas. No lo descarto desde que he leído tu microrrelato...
ResponderEliminarUn saludo.
El que tiene ideas extrañas es el protagonista de mi cuento, que se inventa excusas hasta para lo inevitable...
EliminarTienes buenos genes, CDG. Espero que tu pelo se mantenga siempre así de abundante :-)
Besos.
Nunca pensé en la onicofagia mezclada con los cortes de pelo.
ResponderEliminarMágica tu composición. Magia jocosa.
Abracadabra...ya sé porqué va tanta gente rapada últimamente. Les miraré las manos. Es broma.
Un fuerte abrazo Sara.
Pues no sabía que se llamaba así :-)
EliminarNo sé si las manos hablan sobre la calvicie, pero sí que dicen mucho de sus dueños.
Un abrazo, Albada.
en mis manos...seres escondidos?
ResponderEliminarSUEna terrorifico.
se lo voy a contar a mis rodillas,ya veras como rugen.
un saludo.
Hola, mentieinvisible. Hay que tener cuidado con las rodillas, son peligrosas :-)
EliminarMuchas gracias por la visita.
Un saludo.
Desde siempre me fascina el hecho de que si pintamos un rostro en cualquier parte de nuestro cuerpo, al más mínimo movimiento, cobra vida un nuevo (e inquietante) ser...como éste!
ResponderEliminarMe alegro mucho de tu buen humor estival, Sara ;))
Abrazos.
Es verdad lo que dices. Yo conocí una vez a alguien que tenía tatuada una cara seria en la rodilla, y cuando esta se flexionaba, la cara sonreía :-)
EliminarUn abrazo, Maquinista.
Originalísimo y terrorífico micro, Sara. Desde ahora, me pensaré dos veces el comerme las uñas. Un abrazo.
ResponderEliminarEs un terror absurdo, casi infantil; aunque creo que es de los que más miedo dan.
EliminarGracias por la visita, Francisco. Un abrazo.
Espejo.
ResponderEliminarHe leído tu espejo, Amigo mortal. Como siempre, excelentes tus textos.
EliminarBesos.
¡ Muy original, Sara! Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo enorme ( o dos).
¿Ves? Ahora me dejas preocupado, pues yo tengo cortísimo el nacimiento de las uñas (debido a que me las mordía de chico) y ahora me muerdo las pieles. Ya decía yo que se me estaba cayendo el pelo...!!!
ResponderEliminarUn abrazo simpático, Sara, y un beso
Bueno, tal como lo cuenta, está muy convencido. Muy divertido tu micro.
ResponderEliminarBesitos
Como no le gustó su aspecto sin pelo, de un mordisco, se comió el dedo y desapareció :))
ResponderEliminarPor si las moscas, me cortaré las uñas con mucho cuidadito.
Un besote peludo :)