domingo, 9 de diciembre de 2012

El interrogador

Acabé por eliminarla cuando confesó, ya no me servía. Sin embargo, después de dedicar un par de días a confirmar sus declaraciones, concluí que mintió porque no soportaba más las torturas. Necesitaba saber por qué me seguía y qué ocultaba, así que regresé al bosque y desenterré su cuerpo deteriorado. Desplegué sus párpados, la miré a los ojos y se lo pregunté delicadamente, como debí haberlo hecho antes, pero nada, no respondió. Entonces decidí hurgar en sus ropas para hallar alguna pista —reconozco que se me había pasado hacerlo cuando aún estaba viva— y encontré un papelito con una dirección. Me dirigí presuroso hasta allí y llegué a mi casa. Al advertir un ciclomotor rojo estacionado en la puerta recordé que ella también vestía de ese color. Fue al entrar y ver su gorra tirada en el suelo cuando comprendí, no sin espanto, lo que había pasado. Sobre la mesa del salón estaba la pizza que ella había traído y a su lado, las pastillas para la esquizofrenia que yo había olvidado tomar.  



13 comentarios:

  1. JAJAJAJA, pero qué bueno, Sara, qué bueno!!!!
    De verdad, ah, jajajaja, menuda metedura!!! Oye, por qué no buscas que te patrocinen un corto? Me he reído un rato, y otro que pensaré, pero qué bueno, Sara, qué bueno...

    Abrazos, jajajajaj

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    1. Podría ser un buen argumento para un corto, sí. Cine negro y a la vez surrealista. ¿Quién se anima a patrocinar? jaja. Me alegro que te haya hecho reír.

      Un abrazo.

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  2. Ainsss. Menos mal que a mi las voces me cuidan y me dicen que no haga nada malo.
    Muy bueno, me gustó mucho.

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    1. Qué bien cuando las voces son inofensivas y calladas :-)
      Un abrazo.

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  3. JAJAJA... Este es muy bueno.
    Como Pedro por su casa....así te mueves por el micro.
    Un abrazo..

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    1. Me gustan las distancias cortas, aunque no te creas que las recorro rápido, no; voy y vuelvo muchas veces hasta que acabo :-)
      Gracias, Rosy. Un beso.

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  4. Es buenísimo Sara, ¡menudo embrollo por las pastillas!, y vaya metedura de pata.

    "Desplegar los párpados" ¡bonita expresión!.
    Un besote.

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    1. Si es que llevar pizzas puede ser un trabajo de riesgo...

      Y qué pena que tuvo que desplegar sus párpados ya cerrados para preguntarle con delicadeza.

      Un abrazo.

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  5. Qué engañadora!!!
    Y lo de preguntar a la muerta con educación, qué detalle.

    Lo he leído el lunes, genial empezar así la semana

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    1. Parece que tuvo un ataque de lucidez (o no).

      Gracias, Luisa. Un abrazo.

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  6. :D Realmente espectacular. Me ha encantado, con ese final tan inesperado.
    Un besote

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  7. Entre la ilustraciónb y la historia que cuenta tu micro, como que pone un poco los pelos de punta. ¡Vaya efecto tiene el no tomar la pastillas! sobre todo para la pobre repartidora de pizzas.

    Besitos

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