Sentado en la orilla deja
que el mar se lleve la arena de sus manos, junto a las preguntas. Supone estar
ante un inmenso oráculo que alberga todas las respuestas. Teme decir adiós y
que ella calle. Teme que ella lo abandone y no sentir su ausencia. Teme no
comprender por qué.
Las olas de otoño le
recuerdan a ella, cuando se acercan tentadoras a tocarlo y luego huyen,
dejándolo frío. Él se aparta un poco y luego más, hasta que la distancia se
hace insalvable. Comprende. El mar le ha traído la respuesta.
Que buen micro Sara, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracias, Nani. Un beso.
EliminarVer y escuchar, a veces es lo único que necesitamos hacer para comprender.
ResponderEliminarSaludos
Marinela
La contemplación apacible de la naturaleza a veces ayuda a comprender lo que que está oculto en nuestro interior.
EliminarUn saludo, Marinela.
Muy bueno!!!! reflexivo y con una gran sabiduría que muy bien has sabido transmitir.
ResponderEliminarCariños......
Gracias, Oriana.
EliminarUn abrazo.
Qué Imaginación. Qué reflexiones las de este micro, hallar la respuesta (solución) a esos problemas de pareja, en el mar, sin duda se ha buscado un buen consejero.
ResponderEliminar¡Me ha encantado! Un abrazo
El mar nos trae, en su vaivén, el verdadero reflejo de lo que somos.
EliminarUn abrazo.
Genial, Sara.
ResponderEliminar¡Saludos!
Gracias, Juan.
EliminarUn saludo.
Muy evocador y con una gran atmósfera.
ResponderEliminarGracias, Miguelángel.
EliminarUn abrazo.
Muy bello e íntimo.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Rafa.
EliminarUn beso.
Me gustan sus historias.
ResponderEliminarHasta me atrevería a decir que hoy he escuchado el mar ;)
Saludos
Una pieza cargada de tristeza, Sara, que se le cuela al lector que llegue a ella con la guardia baja.
ResponderEliminarUn abrazo,
El mar es mágico, absolutamente.
ResponderEliminarMe encantó la excelencia de decir en pocas palabras tanto, resumir en una metáfora una respuesta.
ResponderEliminarExcelente Sara. Un abrazo.
Escuché las olas, con tus oídos.
ResponderEliminarMe regalaron vida y olor a candil encendido.
Muy bueno.Un abrazo