Haikus encadenados
Croar maldito;
en las noches sin luna
nadie en la charca.
Mas en las siestas,
con el sol destellando,
sobran visitas.
Mil cascabeles
en las tardes de estío,
niño y chicharra.
Pies
encharcados;
chaval y renacuajo
estrechan manos.
Verde y viscoso;
grande, carnoso y rosa
se reconocen.
Bajo la lupa
primeras
disecciones,
futuras culpas.
Experimento
de amistad entre especies
que no funciona.
Solo uno menos
entre tantos batracios
pero se nota.
Saltos anfibios;
de piedra en piedra huyen
todas las ranas.
Junto al nenúfar,
agua de verde espuma
fluye y se estanca.